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martes, 19 de enero de 2016

Documental IX | El Genio de un Pueblo

 

Precioso reportaje que narra la historia de costaleros y capataces por figuras como Rafael Ariza Sánchez, Antonio Santiago, Alberto Gallardo, Luís León, Rafael Ariza Moreno, Manuel Villanueva, Juan Antonio Borrero, Rafael Palacios y Eduardo Bejarano.

Rafael Ariza Sánchez


Rafael Ariza Sánchez, nació el 15 de diciembre de 1937 en Sevilla. Es indiscutiblemente uno de los grandes de martillo de todos los tiempos. Nieto, hijo y padre de una saga de capataces, que ha formado parte de la historia del mundo del costal. Formó parte de una saga de capataces que llevan más de cien años al frente de cuadrillas de costaleros. Su abuelo José Ariza Aguirre fue uno de los legendarios capataces de la ciudad. Su hermano, José, se retiró del mundo del costal el pasado año tras cincuenta años llamando en distintos pasos procesionales. Su padre José Ariza Mancera, también fue capataz.
Ha mandado en la mayoría de las cofradías de la ciudad. La familia Ariza es reconocida a nivel cofrade recibiendo el "Nazareno de Plata" por parte del Consejo General de Hermandades y Cofradías y el premio Demófilo 1992, por la Fundación Antonio Machado. Los Ariza tienen el honor de comandar las cuadrillas de la hermandad de La O durante más de setenta y cinco años de forma consecutiva, algo que no ha conseguido hasta la fecha ninguna familia en la ciudad de la Giralda.
Sus hijos Ramón, Pedro y Rafael y su sobrino Toni, son capataces y ha recogido el legado y sapiencia de Rafael y José. Era en la actualidad capataz titular de las hermandades de Sevilla capital de La Hiniesta, San Esteban, La O y Soledad de San Lorenzo y de la Virgen de los Remedios de la localidad onubense de Villarrasa.

 

Antonio Santiago 

 
Medico de profesión, comenzó de la mano de su padre, Manolo Santiago, a la edad de 12 años y vivió junto a él y Salvador Dorado (El Penitente) el nacimiento de la primera cuadrilla de hermanos costaleros de Los Estudiantes en 1973 y siguió junto a su padre y El Penitente hasta 1977.

En 1978 comparten las cuadrillas de costaleros antiguos (no le gusta llamarlos profesionales) y de hermanos junto a Rafael Ariza, siendo las hermandades del Cristo de Burgos, Macarena y Resurrección las que se encontraban en este ultimo caso.

Actualmente Antonio Santiago y sus auxiliares sacan al Inmaculado Corazón de María y al Cristo de la Misión de Heliópolis, Los Estudiantes, La Paz, Las Penas de San Vicente, Cristo de Burgos, Los Negritos, La Macarena, Resurrección (es fundador de la Hermandad), San José Obrero, Carmen de Calatrava, Asunción de Cantillana, El Pilar, Pastora de Santa Marina y en el 2006 Sagrada Mortaja.
El 4 de abril de 2006, Antonio Santiago pronunciará el Pregón del Costalero de la Hermandad de San Esteban. 

 
No podemos olvidar a sus ayudantes: Ernesto Sanguino Gómez, Javier Prieto, Joaquín Rivas Giraldo, Jesús Díaz CruzJosé Javier Jiménez Oyarzabal, o José Luis Bernabé López "El Guindi", Rafael González Mayor, Pedro Ruipérez y Enrique Martínez. Tampoco queremos olvidarnos de los que ya no están en el equipo, caso de Luis Mauriño Antúnez y Cándido Cabello Hernández.


Alberto Gallardo


Nace en el número 11 de la calle Sol de Sevilla. En su juventud se aficionó a la práctica de la lucha libre, especialidad deportiva en la que obtendría algún campeonato.

Y en el ambiente cofrade comienza como costalero en la década de 1950 a las órdenes de Alfonso Borrero Pavón; también estaría en las cuadrillas de, entre otros, Rafael Ariza Aguirre, Manuel Bejarano Rubio y Manuel López Díaz. Tras unos 35 años como costalero, debe retirarse de esta actividad a causa de una lesión de rodilla.


Empezará a ejercer como segundo de Manuel López en las Hermandades de Las Aguas, El Buen Fin, El Valle, Los Gitanos y El Santo Entierro de Sevilla, y en la de La Asunción de Cantillana. Cuadrillas de las que se acabará haciendo cargo después de su etapa bajo el mando de Manuel López.

Cuando se empiezan a formar cuadrillas de hermanos costaleros creará las de Las Aguas, El Valle, El Buen Fin y Los Gitanos.

Por su amplia trayectoria como costalero, más su labor como capataz, gozó de gran prestigio como cofrade, ejerciendo como capataz desde 1989 sólo para la Hermandad de los Gitanos de Sevilla y para la de la Pastora de Los Pajares (Cantillana).

Finalmente abandonó tras la salida del 8 de septiembre de 2004 a la Divina Pastora, recibiendo un homenaje por parte de la Hermandad pastoreña por sus más de veinticinco años al mando del paso. Retirándose, por último, igualmente de la Semana Santa en Sevilla en el 2005, despedida que hizo en público el 27 de octubre en la entrevista que le realizó su hija Irene en «El programa» de Giralda TV.
Su nombre está especialmente ligado al palio de María Santísima de las Angustias Coronada de Los Gitanos,que dirigió como capataz principal durante veinte años, la Hermandad hispalense en prueba de reconocimiento por su labor decidió en el año 2010 colocar una placa cerámica, inmortalizándolo, en el lugar donde pasó su infancia.

Su dedicación como capataz ha sido seguida, entre otros, por su hijo Alberto (n. 1957), quien ha llegado a sustituirle en ocasiones, cuando por fuerza de causa mayor su padre no ha podido cumplir al frente de un paso, y que se haría cargo del palio de Los Gitanos a su retirada.


Luís León



Conocido cariñosamente como el "zorro plateado", por su astucia frente a los pasos y por su pelo tornado en canas siendo muy joven, ha sido el capataz que mejor ha cantado la belleza de la Virgen de la Esperanza al frente de un martillo.

Nacido en Sevilla en el año 1939 es empresario agro-ganadero. Como cofrade pertenece a las Hermandades del Amor, -en cuya junta de gobierno desempeñó diversos cargos, entre otros, el de Teniente de Hermano Mayor- y a la Macarena. Se iniciará como costalero, a la edad de diecisiete años, en el misterio de la Borriquita y en el paso del Cristo del Amor, dándose la circunstancia de ir él en una pata y en la otra Luis León Pérez, capataz de la Virgen de las Tristezas y costalero veterano recientemente retirado.

En el mundo del martillo se iniciará de la mano del recordado Manolo Santiago al que siempre ha considerado su maestro y mentor. Fue fundador, en 1972, de la primera cuadrilla de costaleros no profesionales, la de la Virgen de las Aguas del Salvador, en la que se integraron indistintamente jóvenes cofrades del Amor y Pasión. Podría haber sido su Cristo del Amor la primera imagen de Sevilla en ser llevada a la Catedral en un paso portado por una cuadrilla conformada íntegramente por hermanos, pero las dudas y los miedos de su junta de gobierno desecharon dicho proyecto hasta la Semana Santa de 1974, adelantándose en dicho contexto la Hermandad de los Estudiantes. Ya en 1976 se producirá el estreno de Luis León como capataz del misterio del Señor de la Entrada en Jerusalén, la popular Borriquita, sustituyendo en el martillo a Salvador Dorado "el Penitente".

En el referido año de 1976 se haría cargo de la cuadrilla de la Virgen del Rosario de la Macarena, con la que los jóvenes macarenos se foguearían y tendrían su primera prueba real con un paso, con la vista puesta en la Semana Santa venidera. Se daba la circunstancia que hasta dicho año Luis León había sido el crucero o portador de la Cruz de Guía de la Hermandad durante dieciocho años, desde 1957.

En 1977 asumiría la creación de la cuadrilla del paso de misterio del Señor de la Sentencia, llevando por segundo a Alejandro Ollero Tassara. Un año después formaría la cuadrilla de la Virgen de la Esperanza Macarena, siendo su segundo Antonio Santiago. De esta forma Luis León se convertía en capataz general de la Hermandad de la Macarena, siendo capataz del Señor de la Sentencia Alejandro Ollero, auxiliado por Miguel Loreto en 1978 y 1979, para confiar el martillo del Señor desde 1980 a Miguel Loreto Bejarano.

Como dato anecdótico citaremos el hecho de que Luis León Vázquez ha tenido la suerte y el privilegio de ser el capataz de la Virgen de la Esperanza en las dos salidas extraordinarias protagonizadas por la Hermandad de la Macarena en la pasada centuria. En 1989, con motivo del XXV Aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza, y en 1995, al conmemorarse el IV Centenario Fundacional de la Hermandad de la Macarena.

Otros pasos que igualmente ha comandado Luis León han sido la Virgen del Carmen de San Gil, durante unos años, y la imagen de San Leandro en la procesión del Corpus Christi de Sevilla desde 1987 hasta su retirada como capataz.

En la Semana Santa de 2001, tras veinticinco años paseando a la Reina y Señora de Sevilla, rezándole y animando a su gente como nadie ha sabido hacer hasta ahora, colgaba el traje oscuro para tomar desde entonces un cirio verde en el último tramo de palio de la Hermandad Macarena. Ese mismo año recibía, en el transcurso de la gala de los XIV Premios Demófilo que concede la Fundación Machado el Premio especial del jurado por su labor como capataz. El 12 de febrero de 2002 era galardonado por el programa "El Llamador" de Canal Sur Radio con el "Llamador de Honor"; ese mismo año se estrena la marcha procesional "¡Ahí queó!", obra de Martín Salas, dedicada a Luis León Vázquez. En el año 2009 la Tertulia "Macarenos del Atrio" le entregaba igualmente su anual premio "Macareno del Año" por su ejemplar dedicación como capataz de la Hermandad de la Macarena y en especial de la Virgen de la Esperanza.

Mi relación personal con Luis León Vázquez se inicia a través de la Hermandad de la Macarena, en la que por aquel entonces yo formaba parte de su Grupo Joven y su cuerpo de acólitos. Dos fueron las Madrugá, más la salida procesional del IV Centenario, en las que pude disfrutar de su magisterio como capataz, al ir toda la noche junto al paso de la Virgen.

En 1999 tuve la suerte de entrar a formar parte de la cuadrilla del Señor en la Entrada en Jerusalén, la querida Borriquita. Se dio la circunstancia de que ese año llovió por la mañana, volviendo a ser procesionada la Borriquita por la noche, integrada en el cortejo de la Hermandad del Amor, tal como sucedía hasta 1970. Fue una gratísima experiencia que, por desgracia, solo duró un año, dado que al año siguiente, al estar estudiando la carrera en Córdoba no pude asistir a la igualá perdiendo mi sitio en dicha cuadrilla.

Pero lo que jamás olvidaré fue una noche, a Basílica cerrada, cuando un grupo de jóvenes macarena veníamos de culminar una de nuestras reuniones. A su solicitud, ataviados solo con chalecos como única protección para la cerviz, nos introdujimos bajo las trabajaderas del paso de la Virgen de la Esperanza, el cual en ese momento se encontraba en fase de montaje (de hecho solo estaban montados los varales, el techo y las caídas). Al aviso de su recia voz el palio fue alzado y mecido unos metros por a Basílica para comprobar si el mismo se movía al son requerido, tras haber sido restaurados los varales del palio. Un pequeño gesto que jamás olvidaremos, como tampoco olvidaremos nunca sus míticas frases para enaltecer a la Virgen de la Esperanza:

"La Virgen de la Esperanza anda sola"

"La Virgen de la Esperanza está ahí y respira. Yo a la Virgen la he visto respirar muchas veces en el paso. Serán las mariquillas que lleva en el paso, no lo sé".

"La gente va a la Basílica a hablar con la Virgen. Si no le concede lo que le pide, le riñe."

"Ni artistas, ni poetas, ni toreros, costaleros macarenos".

"¿Cómo se puede ser agnóstico aquí, con esa Macarena, con ese Gran Poder, con ese Amor Crucificado?

Manuel Villanueva

Aprendió su oficio de orfebre en la escuela de orfebrería del Colegio Reina Victoria, siendo uno de sus tutores Manuel Seco Velasco, empezando a trabajar con solo 14 años de edad en el taller de Villareal.


La saga de capataces que hoy regenta el apellido Villanueva, comenzó con Antonio Villanueva Carrasco, tío de Antonio Villanueva Pérez, Que acompañaba de segundo al reconocido capataz José "El Frances", con el cual se inició Antonio Villanueva, padre de Manuel y Carlos.

El primer año que coge Domingo Rojas con Antonio Villanueva, el Señor Cautivo, de ayudante iba Manolo Villanueva Granados y le dijo a padre que su madre estaba de parto y de ese parto nació Carlos Villanueva Granados un Lunes Santo.


Manuel comenzó a mandar pasos en la Hermandad de San Benito, demostrando las enseñanzas recibidas por Vicente Pérez Caro, allá por el año 1963, mientras que su hermano Carlos comenzaría con la Hermandad de Jesús Despojado, cuando los costaleros aún recibían jornal por su labor en las trabajaderas.

Tras los inicios, los hermanos llegaron a tener dos cofradías en el mismo día. El Domingo de Ramos, mientras que Manuel guiaba a La Amargura, Carlos hacía lo propio en la Hermandad de San Roque y el Lunes, mientras que Carlos estaba en Santa Genoveva, Manuel lo hacía en Santa Marta.


En el 2002, también regentan el martillo del Señor del Gran Poder, siendo su estreno en la Madrugá del 2003, aunque Manuel ya había estado con Domingo Rojas a cargo del palio de 1981 a 1985 y, curiosamente, con Carlos en las trabajaderas. También Manuel de 1972 a 1974, estuvo con el Señor de Sevilla junto a Domingo Rojas y el Moreno.

Las hermandades en las que ejercen de capataces son Cigarreras, Servitas, la Virgen de la Alegría, San Bernardo, La Amargura, San Roque, Santa Marta, Santa Genoveva o Gran Poder es sólo parte del currículum de los hermanos Manuel y Carlos Villanueva, otras cofradías que han sacado, que se quedan en el currículum son El Valle, Las Aguas, Los Panaderos, entre otras, capataces por y para Sevilla que llevan el sentir desde los tiempos de su tio-abuelo, continuado por su padre y sus hijos.

Y este fenómeno en auge del martillo y la trabajadera, nos hace remontarnos a principios de los años 80, cuando sólo tenían en su haber el martillo del Cautivo, adquiriendo poco a poco y gracias a su trabajo, la recompensa que para ellos supone el ser hoy en día una de las grandes familias de capataces reconocidos.

Su afición, les ha convertido en profesionales, tomando sus conocimientos de la escuela antigua y, a su vez sus hijos, Carlos y Antonio, que junto con José Ramón Bonilla, son ahora parte importantísima de esta saga.
Su actitud es actuar con la cabeza fría, sopesando y hablando hasta decidir que es lo mejor para las hermandades y si es posible doblar en el mismo día.

Aunque alaban la actitud de los costaleros de hoy, los cuales trabajan igual que lo hacían los llamados profesionales, quizás sea la capacidad de sacrificio la diferencia entre estos y los actuales. Para ellos el costalero es aquel que muestra capacidad y físico para trabajar debajo de un paso, no el que luce el costal.

No se consideran dueños del martillo, más bien servidores con la convicción de hacer un buen trabajo que, si no funciona, hay que dejarlo.

La profesionalidad de los costaleros, es para ellos sinónimo de espíritu de sacrificio, porque no hay que cobrar para ser profesional, se puede ser perfectamente simplemente realizando un buen trabajo, sobre todo entre costaleros y capataces. Desde el 2005 también llevan el mando del martillo de la Divina Pastora de Cantillana.

Juan Antonio Borrero


En el año 1975, junto con Francisco Fernández, abre taller propio con el nombre de Orfebrería Triana.
Juan Borrero pertenece, además, a la célebre dinastía de capataces sevillanos de los Borrero. Junto con su tío Alfonso Borrero y con su padre Jerónimo, organizó distintas cuadrillas de costaleros profesionales y participó en la formación de las primeras cuadrillas de hermanos costaleros para importantes Hermandades de penitencia como las de la Esperanza de Triana, San Gonzalo o la de la la Trinidad.

Obra

La obra de Juan Borrero es muy extensa, pues en el taller de orfebrería Triana son muy numerosos los trabajos realizados a lo largo de su historia. Entre su extensa producción se incluyen pasos procesionales, altares y coronas y potencias para imágenes religiosas; y además, toda una variedad de elementos cofrades tales como varales, respiraderos, maniguetas, guiones, ciriales, llamadores, faroles, custodias o faroles de pasos procesionales.
Entre ellos merece una mención especial algunas piezas de importantísimo valor, como:
  • El Sagrario de la Basílica del Gran Poder de Sevilla,
  • La carreta del simpecado de la Hermandad del Rocío de La Macarena,
  • Las tres coronas de oro que sirvieron para las coronaciones canónicas de tres de las más importantes Dolorosas trianeras, como son: La Esperanza de Triana, La Estrella y la Virgen de La O.

Reconocimientos

Como reconocimiento a su labor artística, el ayuntamiento de Sevilla, a través del Distrito Triana y en colaboración con el ICAS, organizó entre los días 14 de enero y 23 de febrero de 2014 la muestra titulada: «Juan Borrero, trazos de plata. Una vida dedicada a la orfebrería».
Dicha exposición se ubicó en el castillo de San Jorge, al pie del Puente de Triana, donde entre otros temas se programó la recreación del taller del propio autor. Y como pieza especial de la muestra, en ella se expusieron por primera vez de forma conjunta las tres coronas de oro realizadas por el taller de Borrero para las Vírgenes de este barrio antes citadas: La Estrella, La Esperanza de Triana, y La O.  Esta muestra estuvo inaugurada por el entonces alcalde de Sevilla Juan Ignacio Zoido, y a ella asistieron personalidades como el delegado del distrito Triana y la delegada de Cultura, además de numerosas personas de la vida cofrade de la ciudad, como hermanos mayores y exhermanos mayores de las corporaciones trianeras, capataces y compañeros de profesión, que hicieron que se llenase por completo el recinto del Castillo de San Jorge.

Rafael Díaz Palacios


Rafael Díaz Palacios nació en Sevilla, en el año 1938.De profesión militar, actualmente retirado, aunque sigue ejerciendo como Jefe de Seguridad de la Real Maestranza de Sevilla. Por devoción, ya que esto no puede ser de otra manera, ha sido capataz de las Hermandades hispalenses del Baratillo (34 años), los Javieres (22 años) y la Cena (18 años). Se encuentra retirado de estos quehaceres, que ha dejado en manos de su hijo y nietos, desde el año 2009. A lo largo de su vida cofrade ha recibido varias distinciones, reconocimientos a su buen hacer. 

Eduardo Bejarano


Manolo y Eduardo Bejarano /Foto: Jesús Martín Cartaya.Eduardo Bejarano Vélez, nació en 1888, comenzando su andadura como capataz en 1910, cuando a la muerte de Francisco Palacios, le sustituyo en el Silencio.

Eduardo ejercía de capataz el Domingo de Ramos, Jueves y Viernes Santo, cediendo su cuadrilla el resto de días a Eugenio García “El Gaseoso”, que fue padrino de Manolo Bejarano Rubio, nacido el 2 de febrero de 1920. Además de contar con El Gaseoso, su hermano Francisco Bejarano también le ayudaba en las labores de mando.

Hombre comprometido con su cuadrilla, que además era capataz del muelle, tuvo en un principio las cofradías de Montesión (que permutó con Rafael Franco por El Valle) y la O (que dejaría por El Cachorro), además de la ya nombrada del Silencio.

En 1940 fallece Eduardo a los 52 años, que sumado al distanciamiento de su hijo Manolo, aun con inexperiencia a la edad de 20 años, hicieron que se hiciera cargo de las cuadrillas Alfonso Borrero. 


La Dinastia de los Bejarano / Foto: Jesús Martín Cartaya Manolo Bejarano, aunque siguió con las labores de capataz en La Virgen de los Reyes y otras Glorias vinculadas a su padre, no se incorpora como capataz hasta 1948, estando 21 años al frente de La Estrella, Lanzada y Montserrat, aparte de estar menor tiempo en Las Penas, Javieres y Gran Poder, sacando ocasionalmente a La Trinidad. En 1948 nace su hijo Eduardo Bejarano Uceda

Su retirada en 1970, sobre todo por problemas de salud, no impidieron que esta dinastía, haya pasado con letras de oro a la historia del martillo y la trabajadera, siguiendo la misma de la mano de Eduardo e Iván Bejarano.

Manolo Bejarano introdujo en paso racheado durante su permanencia casi por 12 años al frente del Gran Poder. Se puede hablar de Manuel López Díaz “El Moreno”, como el sucesor de Manolo, que también contó en sus filas con ayudantes de la categoría de Antonico y Salvador Perales. Manolo falleció el 19 de octubre de 1998.

No hay que olvidar que el apellido Bejarano está íntimamente ligado a la Virgen de los Reyes, siendo más de medio siglo de vinculación entre la salida de la Virgen y este apellido