Documental sobre la historia de la Pontificia, Real e Ilustre Hermandad y Archicofradía de Nazarenos del
Santísimo Sacramento y de la Pura y Limpia Concepción de la Santísima
Virgen María, del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, Nuestra Señora de
la Esperanza y San Juan Evangelista.
En 1418 se funda una hermandad de luz con el título de la Esperanza, establecida en la Real Parroquia de Señora Santa Ana y relacionada con el gremio de los ceramistas, y que constituye no sólo la más antigua de Triana, sino una de las más antiguas de Sevilla. Así lo afirma Santiago Montoto en su obra Cofradías Sevillanas. Más de un siglo después, en 1520, el presbítero Gonzalo de Herrera, instituyó una capellanía en dicho templo en el altar de la Virgen. Esta Hermandad, en 1542, se fusionó con otra corporación, llamada de San Juan Evangelista, del gremio de pescadores; dato proporcionado por Juan Carrero en sus Anales.
Síntesis Histórica
En 1418 se funda una hermandad de luz con el título de la Esperanza, establecida en la Real Parroquia de Señora Santa Ana y relacionada con el gremio de los ceramistas, y que constituye no sólo la más antigua de Triana, sino una de las más antiguas de Sevilla. Así lo afirma Santiago Montoto en su obra Cofradías Sevillanas. Más de un siglo después, en 1520, el presbítero Gonzalo de Herrera, instituyó una capellanía en dicho templo en el altar de la Virgen. Esta Hermandad, en 1542, se fusionó con otra corporación, llamada de San Juan Evangelista, del gremio de pescadores; dato proporcionado por Juan Carrero en sus Anales.
En el testamento que otorgó en 1565 Juan Vidal, polvorista y vecino de
Triana, se estipula como última voluntad la celebración por su alma
de una misa de réquiem cantada y diez misas rezadas, acompañado en
el entierro por la cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza, que
está establecida en el convento del Espíritu Santo, situado en la
calle Betis. Esta manda testamentaria lleva implícita que la
Hermandad debía tener ya antigüedad, devoción y popularidad en el
barrio.
Por testimonios indirectos, podemos llegar a conocer con cierto grado de
exactitud la fecha de fundación de la Hermandad de Nuestra Señora
de la Esperanza. Así en 1598, Juan Bautista Mazón, prioste de la
Cofradía, declara en un interrogatorio ante el fiscal del
arzobispado, que la corporación ya estaba fundada sesenta años
atrás, sin descartar que existiera desde fechas aún más remotas.
El motivo de esta declaración, fue por el pleito interpuesto por la
hermandad de la Vera Cruz de Sevilla por el privilegio de ser la más
antigua de llevar insignias, hábito y cera verde, pleito que
probablemente ganó nuestra Hermandad por que siguió usando la
insignia verde.
Regreso por el Puente de Triana del Señor de las Tres Caídas en las primeras décadas del siglo XX
En 1579 tuvo lugar en Sevilla una solemne procesión con motivo del traslado
del cuerpo incorrupto de San Fernando a la nueva Capilla Real.
Conocemos con minuciosidad el cortejo de esta procesión, gracias al
escrito de Francisco de Sigüenza, en él se nos dice que la de la
Esperanza ocupa el puesto catorce en antigüedad, tras la de la
Antigua y seguida de la O, también de Triana, por lo que podemos
afirmar que ya en estas fechas era la cofradía más antigua entre
las del Barrio.
En 1588 tenemos noticias del poder que otorgan los cofrades a Agustín
Bartola para tramitar en Roma nuevas gracias espirituales como ya lo
habían realizado anteriormente en 1577. Este documento nos indica el
interés por el enriquecimiento espiritual y un cierto nivel
económico, pues tales bulas e indulgencias se abonaban.
A principios del s. XIX, José Matute y Gaviria en su Historia de
Triana, nos cuenta que en 1595 se aprueban las reglas de una antigua
cofradía de penitencia dedicada a Nuestra Señora de la Esperanza y
San Juan Evangelista. Esta es la primera y más antigua noticia de la
unión de ambas hermandades, siendo copiados estos datos en las
investigaciones posteriores de Bermejo, Montoto, etc.
La fundación de la Hermandad de la Exaltación a las Tres Caídas de
Nuestro Señor Jesucristo tiene lugar el 4 de Marzo de 1608 en el
convento de Nuestra Señora de la Salud de las Monjas Mínimas de
Triana, con la intención de realizar su estación de penitencia el
Viernes Santo por la mañana. Hubo algunas vicisitudes y pleitos con
algunas hermandades en los primeros momentos a causa del título y
del color de las túnicas, quedando establecido como definitivo el de
las Tres Caídas que dio Cristo Nuestro Señor y Nuestra Señora de
los Dolores.
El palio de la Santísima Virgen en la puerta de San Jacinto
En 1616, esta Hermandad de las Tres Caídas que dio Cristo Nuestro Señor, se
traslada al hospital del Espíritu Santo. Son obligados por el
provisor Gonzalo del Campo a fusionarse con la hermandad de la
Esperanza, ocupando una pequeña capilla que era de la corporación de
la Esperanza, viviendo durante el siglo XVII una de las etapas más
prósperas dentro de su dilatada existencia. Desconocemos en qué
lugar del convento estuvieron situadas las Sagradas Imágenes durante
sesenta años, pero el crecimiento de hermanos y devotos propicia en
1676 la donación, por parte del prior del hospital, de una capilla
más grande con sacristía y sepultura para sus hermanos. En
contrapartida, la hermandad se obligaba a realizar honras fúnebres
por los hermanos hospitalarios y asistir a ciertas festividades de la
comunidad portando el estandarte y si en algún momento decidiesen
trasladarse deberían abonar la cantidad de 400 ducados.
En 1736 la Hermandad abandonó el hospital, trasladándose a la parroquia de
Santa Ana, después de ganar varios pleitos a los hermanos
hospitalarios que trataron de evitar que se llevasen los enseres y
Sagrados Titulares de su capilla. En Santa Ana ocuparon la capilla
del capitán Cristóbal de Montebernardo. El hecho del cambio vino
procurado por el deseo de los hermanos de posibilitar un contacto más
directo con los devotos y así mejorar su situación, muy precaria
desde principios del XVIII por diversas calamidades que habían
asolado la ciudad y que habían mermado el número de hermanos.
Desde 1755, en que abandonan la Parroquia de Santa Ana a causa del
terremoto de Lisboa, La Hermandad trata por todos los medios de
conseguir un templo propio que no se bendecirá hasta 1815. En las
diferentes sedes en las que recibieron culto, las Sagradas Imágenes
probablemente se situaran en altares provisionales, primero en el
Convento de los Remedios (1756-1776), más tarde en la capilla de la
Encarnación, donde permanecen poco tiempo, volviendo en fecha
indeterminada a su primitiva sede del hospital del Espíritu Santo.
Esta institución se extingue hacia 1800 pero la iglesia debió
permanecer abierta por lo menos hasta 1815, año del traslado a su
nueva capilla de la calle Larga.
La primera estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral de
Sevilla, tendrá lugar en 1845, pasando con muchas dificultades el
puente de barcas que estaba situado en el mismo lugar que hoy ocupa
el de Isabel II. En los siguientes años en que realiza la procesión
fluctuará el día de salida, procesionando el Jueves y Viernes Santo
indistintamente.
En Septiembre de 1868 la Capilla de los Marineros, fue incautada a la
Cofradía por la Junta Revolucionaria, pasando las Sagradas Imágenes
en un primer momento al número 59 de la actual calle Pureza y más
tarde, ante las infructuosas gestiones realizadas para que le fuera
devuelta en 1871, a la iglesia del convento de San Jacinto, a fines
de 1872 o comienzos de 1873. La Iglesia llevaba cuarenta años
cerrada, por lo que antes de encontrar un acomodo digno en el templo
los titulares fueron depositados bien en la sacristía o bien en el
coro alto. Con la apertura al culto de la Iglesia en 1879, la
Hermandad ocupó la capilla de la cabecera de la nave de la epístola.
En 1888 se comienza a reorganizar la hermandad por los pocos hermanos que
quedaban, realizando de nuevo su salida en 1889. Este mismo año
nuestra Hermandad sostuvo un pleito con la del Cachorro por la
apropiación de nuestra Dolorosa, ya que la Esperanza estuvo
acompañando el Viernes Santo al Santísimo Cristo de la Expiración
al menos desde 1879 a 1888, siendo devuelta en ese mismo año de
1889, lo que provocó que se reforzara la estima y valoración de la
Sagrada Imagen dentro del seno de la corporación.
El Señor de las Tres Caidas procesionando con
el Cirineo.
Viste la túnica de Rodríguez Ojeda y la cruz cuadrada,
restaurada en 2008
El incendio que sufrió Nuestra Señora de la Esperanza en su altar el 2
de Mayo de 1898 supuso una tragedia en la cofradía, pero a raíz de
su restauración se refuerza aún más el cariño y la devoción
popular que había conquistado desde su reincorporación a los
desfiles penitenciales, provocando quizás que a raíz de este
accidente la Santísima Virgen pasase a ocupar un lugar de privilegio
dentro del seno de la corporación. Hecho éste que, unido a la
“moda” de los pasos de palio que se estaba consolidando en este
último cuarto del siglo XIX, gracias al auspicio de los Duques de
Montpensier y las invenciones de las hermanas Antúnez, Ojeda y la
música pre-regionalista producen una época de esplendor mariano.
En el primer tercio del siglo XX, nuestra corporación se va a asentar en
lo devocional con la llegada de Don José Sebastián y Bandarán
como director espiritual, que consolida el septenario y crea junto
con la infanta Doña Luisa de Órleans el besamanos en 1927. En lo
procesional se hace célebre la visita a los presos de la Cárcel del
Pópulo que inspira en 1925 la marcha “Soleá dame la mano”,
y la vuelta triunfal al
barrio en las mañanas del Viernes Santo, además de las salidas en
procesión de gloria con motivo de la Velá de Santa Ana.
En lo patrimonial, gracias al quehacer de dos hermanos mayores,
Manuel Rodríguez Alonso y Tadeo Soler, industriales del mundo de la
cerámica trianera que serán fundadores junto con Enrique Mensaque
de la fábrica Mensaque-Rodríguez y Cía en 1905, conocida como
Nuestra Señora de la Esperanza. Éstos van turnándose en el cargo
desde 1908 hasta 1928, encontrando en la figura del ceramista José
Recio del Rivero un diseñador en el que depositar su confianza para
que definiera el estilo y una idiosincrasia propia para la Hermandad.
Una vez aceptado el encargo, decide
inspirarse en los dibujos de la ornamentación cerámica trianera de
los siglos XVI y XVII, que estaban recuperando los industriales
trianeros de la mano del historiador José Gestoso y del propio José
Recio del Rivero, como director artístico de José Mensaque y Vera,
traspasando estos diseños al manto el palio y a las insignias del
cortejo de la Esperanza. La inspiración en la cerámica y la forja
será su novedosa e interesante aportación estética al diseño
cofrade, piezas que se han convertido en un referente del estilo
regionalistacreado en la ciudad a principios del siglo veinte.
El misterio de Señor de las Tres Caídas, con el centurión en primer término
Un hecho no lo suficientemente valorado, ya
que frente a las trazas barrocas de Juan Manuel o las orientales del
taller de Olmo, Recio optó por las trazas renacentistas y
manieristas, que junto con las anteriores serán los diseños más
recurrentes para los futuros enseres de las cofradías sevillanas.
El legado más importante de Recio fue articular un nuevo concepto de
desfile procesional en nuestra Hermandad, dándole el sello de
cofradía de barrio; viendo en la riqueza de los diseños
renacentistas la estética más apropiada para que la fiesta fuera el
mayor exponente del espíritu del pueblo: un espíritu popular y
castizo que él quiso aportar a la cofradía de la Esperanza, que
trataba de adaptarse a una Semana Santa que estaba pasando de ser un
fenómeno de religiosidad popular a ser un espectáculo ciudadano.
En 1929 una de las muestras en la Iglesia del Salvador con motivo de La
Exposición Mariana, es presidida por el palio de la Esperanza,
acompañándola en el traslado un enorme gentío y en su presidencia
la presencia de Doña Luisa de Órleans, que a su vez era la camarera
honoraria perpetua de la Santísima Virgen, cargo que han seguido
ocupando su hija, la Augusta Señora Doña María de las Mercedes de
Borbón, Condesa de Barcelona y su nieta S.A.R. La Infanta Doña
Elena de Borbón y Grecia.
Estos actos nos demuestran que la Hermandad estaba situándose entre las
principales cofradías de la ciudad, por lo que el deseo de volver a
tener un templo propio donde potenciar el culto y la devoción a sus
titulares se consolida, consiguiendo en 1939 con la intervención de
D. José Sebastían y Bandarán la compra de la antigua capilla de la
calle Pureza. Aunque debieron pasar veinte años hasta poder
restaurarla, regresando de nuevo a ella la mañana del Viernes Santo
de 1962.
Otros hitos que nos deja el siglo XX son la salida extraordinaria de 1950
en procesión gloriosa con motivo de la proclamación del dogma de la
Asunción de María a los cielos en cuerpo y alma; consiguiendo la
Hermandad que se rotulara una calle en el barrio con el nombre de
Asunción, procesión que volvió a repetirse con motivo del
cincuentenario del Dogma.
Igualmente, el nombramiento de la Infantería de Marina como hermana mayor
honoraria y que ésta la acompañe en su estación de penitencia
desde entonces, haciéndose célebre el discurrir de los pasos por el
puente de Triana al ser iluminados Nuestros Sagrados Titulares por
las fragatas que hasta allí se desplazaban.
Otro acontecimiento de esta etapa se produce a raíz del desbordamiento
del arroyo Tamarguillo en la tarde del 25 de noviembre de 1961, que
trajo como consecuencia la creación de la primera caravana solidaria
que se recuerda en España, y que ideara el conocidísimo periodista
de Radio España, y hermano de la Corporación: Roberto, Bobby,
Deglané. Nada más conocerse la noticia, la Junta de Gobierno
celebra un cabildo de oficiales, en el que deciden ofrecer el importe
del exorno floral de los pasos para engrosar la suscripción nacional
y al mismo tiempo nombrar Mayordomo Honorario Perpetuo a Don Roberto
Deglané, por su cristiana labor de caridad.
Una vez conocida la decisión se lanzaba la noticia a través de las ondas:
Nuestra Señora de la Esperanza no llevará flores en Semana Santa ya
que su importe ha sido donado a la Operación
Clavel. Este hecho dio lugar a que una
familia de floristas valencianos, apellidados Mouguet, recién
instalados en Sevilla, se ofreciesen a regalar y colocar las flores
del palio del año 1962, debiéndose a ellos la paradoja de cambiar
el habitual clavel, por las flores exóticas. Es en este momento que
por primera vez se incorporan centros de gran volumen en las
esquinas. Este estilo, que fue adoptado por la mayor parte de los
pasos palio de Sevilla hasta que decayó a finales de los ochenta, se
ha mantenido como parte del sello propio y singularidad de nuestro
paso de palio. El Estado español, en agradecimiento por este acto de
solidaridad, entrego al periodista un clavel de plata, en alusión al
nombre de la famosa caravana. Donado a la Santísima Virgen, le fue
impuesto en nombre de Bobby Deglané por el director Espiritual, Don
José Sebastián y Bandarán, el 21 de Diciembre de 1961.
En 1972 y ante el precario estado que presentaba la Hermandad del
Santísimo Sacramento de Santa Ana, se decide la fusión con la
misma, siendo aprobadas nuevas reglas en 1978 a causa de esta unión.
Desde entonces la Hermandad es la encargada de la organización de
los cultos y la procesión del célebre Corpus Chico de Triana.
El suceso más importante de la década de los 80 y probablemente de la
historia de la Hermandad, es sin lugar a dudas, la Coronación
Canónica de la Santísima Virgen en 1984, por Bula Pontificia del
Papa, hoy Santo, Juan Pablo II. Con la celebración de un triduo
extraordinario los días previos en la Real Parroquia de Señora
Santa Ana y un Solemne Pontifical para la ceremonia de Coronación en
la Santa Iglesia Catedral de Sevilla bajo la presidencia religiosa de
Don José María Bueno Monreal, Cardenal Arzobispo Emérito de
Sevilla y de Don Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo Titular por aquel
entonces de Sevilla, se vio cumplido un anhelo de décadas. La
triunfal vuelta a su barrio, el mismo 2 de Junio, supuso que se
acuñara y asentara el lema “Triana con su
Esperanza”, con el que los comerciantes del
barrio adornaron el puente de Triana, y que se ha convertido en
significativo para todos los hermanos.
Con motivo del veinticinco aniversario de la Coronación, en el año
2009, se conmemoró con un solemne triduo y Pontifical en la Catedral
y con una multitudinaria procesión extraordinaria de regreso que
congregó a más de 100.000 fieles.
En el siglo XXI la hermandad no ha hecho sino crecer, reafirmándose en
su personalísima idiosincrasia, incorporando las hermanas nazarenas
en el año 2003. En el año 2006, por fin se hizo justicia y el
Santísimo Cristo de las Tres Caídas presidió el Vía Crucis del
Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, y que supuso
uno de los cortejos más amplios así como una multitud histórica en
torno a este piadoso acto.
En el 2008 se conmemoró el IV centenario de la Hermandad de las Tres
Caídas, con una misa estacional a las puertas del convento de las
Mínimas de Triana en la calle Pagés del Corro (madrinas de la
Coronación de la Virgen).
La creación de la Escuela de Teología Santísimo Cristo de las Tres
Caídas y del Centro de Apoyo Infantil Esperanza de Triana suponen
hitos para la formación y la caridad, respectivamente, en las
Hermandades de Sevilla.
La ampliación de la Capilla de los Marineros, que tras años de obras,
culminó con la bendición por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan José
Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla en 2010, triplica el espacio
y añade nuevas dependencias administrativas y de ocio para los
hermanos, se verá completado con la realización del Tesoro
Devocional de la Esperanza de Triana, un museo abierto al público
que va a permitir conocer, potenciar, mantener, sostener y
universalizar la devoción a Nuestra Señora de la Esperanza y al
Santísimo Cristo de las Tres Caídas, diseminando la devoción, aún
más, a Nuestros Amantísimo Titulares.
Nuestros Sagrados Titulares en la soledad de la Capilla de los Marineros
Finalmente, la culminación de un magno Altar para el Santísimo Cristo de las
Tres Caídas, anhelo de muchas generaciones, con la culminación del
Camarín y la terminación del altorrelieve que representa a la
Virgen de los Mareantes, en el 2015, viene a configurar una nueva
visión de la Capilla de los Marineros.
Fuente: Síntesis Histórica, Hermandad de la Esperanza de Triana, [en línea], [20/01/2016], http://www.esperanza-de-triana.es/112_sintesis-historica.html