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martes, 4 de marzo de 2014

Si en Granada hubiese... (28/02/2014)

Algunos cofrades granadinos echamos en falta de nuestra Semana Santa determinadas corrientes estilísticas. Si pensamos que nuestra semana mayor ha evolucionado en los últimos veinte años estamos en lo cierto, pero ¿qué entendemos por evolución? ¿Todas las hermandades han evolucionado en la misma línea en cuanto a estilo se refiere? ¿Pensáis que algunas hermandades han adulterado su carácter original para adaptarse a dicha evolución?

La justificación granadina es en ocasiones un arte de lo absurdo. Me duelen los oídos al escuchar tópicos como “debemos defender lo nuestro” o “esto no es Sevilla”, rematando la expresión “que bonito” al sonar “Pasan los Campanilleros” tras palios de cajón. Otro ejemplo lo encontramos en el fenómeno descomponedor de la hermandad de “Los Gitanos” en el Paseo del Padre Manjón. Algo que parece de difícil solución a primera vista. Eliminar esa marabunta no cofrade que se agolpa en torno a la cofradía del Miércoles Santo de un plumazo es posible, pero no estoy seguro de que se pretenda.  Bastaría con invertir el recorrido simplemente cuatro años, realizando un traslado de vuelta a la Abadía al igual que se hace en la actualidad para alcanzar el Corazón de Jesús. Pasados cuatros años, el Señor de los Gitanos decidiría.

Volviendo a lo que nos ocupa, creo que en Granada existen demasiadas hermandades de “barrio”. Los pasos de misterio parecen tener más claro la forma de andar y el repertorio deseado para su titular, pero en los pasos de palio no ocurre lo mismo. En este plano aparece la Banda y Unidad de Música Ángeles de Granada, imponiendo su criterio musical  para asesorar acertadamente a las hermandades que acompañan, como sucede tras el palio de Ntra. Señora de los Reyes o la Soledad de San Jerónimo.

El gusto está en la variedad, echo en falta la personalidad que debería caracterizar a cada paso de palio en nuestra ciudad. No puede sonar una de cal y otra de arena según le apetezca al capataz o costalero oportuno en cada momento. Tampoco creo que sea necesario aprobar en cabildo el repertorio para nuestros titulares, pero sí nombrar a una persona preparada musicalmente y con experiencia. El gusto es algo que difiere en lo personal, pero la preparación musical es algo que se obtiene a conciencia, dejemos a los expertos que se ocupen de ella, nuestra hermandad lo agradecerá.

Para terminar, me gustaría relacionar esta evolución con las bandas de nuestra ciudad. Si hacemos un balance general la mejoría es absoluta, bandas de música, cornetas y tambores y agrupaciones musicales no tienen nada que ver con lo que eran hace veinte años. Las armonías han cambiado y los músicos tienen un mayor conocimiento de su instrumento y lenguaje musical, hasta aquí de acuerdo, pero  echamos de menos sones puros de cornetas y tambores detrás del evangelio. El sonido liso y estridente que anuncia la llegada del Señor es el elemento por el que muchos cofrades lo identificábamos de niños, no existía el flamenco ni los recursos armónicos en la música procesional del Señor, la Semana Santa sonaba a Semana Santa, y esto es tan bonito que en Granada lo hemos perdido.

Si en Granada hubiese un misterio con andares y sones de antaño estaría aún más enamorado de nuestra Semana Santa.