Costalero anónimo déjame estrechar con cariño y admiración tus manos sudorosas antes de que te metas en aquella especie de sótano, que es la parte baja del trono.
“Te
aguardaban tus compañeros anónimos como tu, hasta 40, alineados todos
bajo las duras “trabajaderas”: esos yugos de madera que se apoyarán en
vuestros hombros, y sobre los que gravita toda la carga de los “pasos”.
Me asomé para ver tu lugar y palpar tu “trabajadera”. La tuya, porque
cada uno tienen la suya. ¡Que duro y que estrecho tu sitio!.No puedes
dar un paso hasta que tu hermano costalero de delante lo haya dado
primero; dejándote a ti donde avanzar tus pies. Palpé la “trabajadera”,
palpé tu hombro y pensé en el trabajo enorme. Y no te dije nada, te miré
con admiración y me despedí de ti. Y estabais todos-los cuarenta-
dentro. Bajaron los faldones de terciopelo bordado y allá quedasteis
encerrados. Solo os podía ver arrimando mis ojos a los respiraderos de
plata repujada y calada, por donde os entraba un poco de aire. (...)
Yo
me lo figuro, llegando un día el costalero, así, como él es-después de
la Semana de Pasión que es esta vida-, llegando como él es a la entrada
del cielo. Con sus alpargatas de esparto y en mangas de camisa, llamando
a la puerta con su mano derecha encallecida y sudorosa, y llevando en
la izquierda, como trofeo de gloria, esa faja que se colocaba un día en
la iglesia para sacar a la Virgen.
Y, como en los cuentos, saldrá San Pedro a abrir la puerta del cielo y preguntará:
¿Quién eres?
Soy costalero.
¿Qué es eso?
Me maravilla que no lo sepa el portero.
Costalero,
es ser el viril de Dios;
es andar juntos los dos
por el mismo derrotero,
yo abajo, y arriba El
porque no rompa su piel
en las piedras del sendero...
Costalero
es ser trono y carroza;
es ser espina que goza
porque es arriba rosal;
es ser un poco en lo humano
la mano sacerdotal
que eleva en el aire ufano
a Cristo, Pan y Cordero.
Costalero
es de mi carne y mi mano
hacerle a Dios un sendero.
San
Pedro le abre la puerta y le deja pasar con silencio y admiración. El
costalero entra en el cielo con sus alpargatas de esparto y su pobre
camisa. Se encuentra con Jesucristo:
¡Ay Señor,
que yo fui tu costalero!...
Nazareno quise ser
y en mis espaldas tenerte
a Ti, por cruz y madero.
¡Ay, Señor!
sobre mi carne tu peso
¡como cargó sobre mi!
Tu, Señor, a cambio de eso
sobre tus dos hombros preso
-cordero loco y avieso-
me fuiste llevando a mi...
¡Ay Señor,
que yo fui tu costalero!
¡Ay, Cordero,
tu fuiste mi buen Pastor!
los dos nos fuimos llevando:
Tu, Pastor; yo, costalero;
los dos íbamos pensando
por amor.
Siguió
andando por el cielo. Sus alpargatas de esparto comenzaban a
transfigurase, y su pobre camisa sucia con el sudor del trabajo, se
empezaba a convertir en una túnica de nieve.
Seguía
llevando en su mano izquierda la faja que se ponía para sacar a la
Virgen. De pronto, en uno de los caminos del cielo, se encuentra cara a
cara con Ella.
¿No me conoces Señora?
Que yo fui tu costalero.
¡Que me miren, Madre, ahora
esos ojos que yo quiero!
Fui tu tiesto y tu florero...
tu arriba fuiste la flor;
sobre mis hombros de acero
tu llevabas el salero
de tu mano triunfador.
Y la gente te aplaudía,
la saeta te clavaba,
el piropo te encendía
y la noche te besaba...
Y yo allá abajo decía
-tinieblas, polvo y sudor-:
“Por Ella soy costalero,
por Ella porque la quiero,
por amor”
Y todo el palio temblaba
del goce que yo sentía,
y tu amor me bendecía
y tu pie me acariciaba...
Yo la tierra, Tu la flor;
por Ella soy costalero,
por Ella, porque la quiero,
por amor.
El
costalero sentía mientras hablaba que algo florecía en su mano
izquierda. Miró y la pobre faja había desaparecido. Tenía en su lugar
una corona de rosas.
Los ángeles cantaban y la Virgen sonreía…..
Fuente: El Costalero Anónimo, Sentimientos de Pasión, [en línea], [25/01/2016], http://sentimientosdepasion.blogspot.com.es/2009/12/el-costalero-anonimo.html
Fuente: El Costalero Anónimo, Sentimientos de Pasión, [en línea], [25/01/2016], http://sentimientosdepasion.blogspot.com.es/2009/12/el-costalero-anonimo.html